sábado, 4 de julio de 2020

Regresión

Y un día, nos descubrimos sin la falsa libertad y más vulnerables de lo que creíamos.

Si bien, han pasado tantas cosas desde la última ocasión que me pasé por estos viejos (casi olvidados) rumbos, la única constante es la sensación de melancolía que me aqueja durante los domingos por la tarde: se han ido tantas personas, y he querido llenar sus vacíos con alcohol en la misma proporción, quería inventarme la felicidad en cosas tan banales, dejando de lado lo que realmente es importante. No me siento el más desafortunado, solo lamento un poco no haberme obligado a hacerlo antes.

Nos negamos a borrar los registros de lo que alguna vez nos hizo sentir bien, viendo recuerdos y fotografías en el maldito celular en nuestros tiempos menos productivos, que son la mayor parte del día usualmente. Flagelamos nuestras mentes imaginando regresar con alguien que no hizo por nosotros cuando estábamos ahí, todo esto esto ante la falta amor propio, o las miles de incertidumbres que aquejan a nuestra generación.

El amor meramente romántico es propio de las novelas, no por ello creo que no existe (hay siempre buenas excepciones), es solo que estoy estoy muy cansado de sentirme utilizado. 

No todos con los que saliste son unos pendejos, o quizás si, por esperar que fuera diferente al final.


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