Revisitando la perspectiva de aquellos catorce de febrero donde le llovia tanto al corazón pareciera que no ha pasado tanto tiempo, pareciera que las arrugas no comenzaran a asomarse: ya no somos las mismas personas que en aquel entonces, ahora mas grandes, un poco mas prudentes, amando las cicatrices que llevamos con nosotros e intentado hacerlo mejor cada vez.
Poder compartir con ella todos los momentos me hace sentir privilegiado, el mas afortunado, hoy se que toda espera tiene una gran recompensa y que cuando esta destinado para ti, todo se alinea para que suceda.
Construimos y tenemos un hogar, tenemos otro tipo de sueños y metas por cumplir: lo que antes se anhelaba comienza a florecer, una vida a su lado no se si le será suficiente.
Hoy se tiene otro san Valentin frío y lluvioso pero no se apachurra más el corazón, quisiera poder describir la calma que ella me da. En este momento solo tengo el anhelo de llegar a casa y poder abrazarla, besarla y decirle lo feliz que me hace.