sábado, 28 de julio de 2012

Café

Aún recuerdo esas tardes, cuando lo único que me importaba era verte llegar, o cuando me acercaba con ansiedad hasta tu morada, o tu lugar de trabajo, solo para esperarte y juntos caminar hacia un destino incierto...

Aún recuerdo tu sonrisa, mis dudas, que a veces no te arreglabas, y aún así me pareces la mujer mas hermosa de la tierra; todas mis intenciones iban encaminadas hacia tí.

Aún recuerdo los restaurantes, los cines, las tardes sin hacer nada, esos espectáculos raros, tu mirada asombrada; pero sobre todo los cafés, y como podíamos medir nuestro tiempo juntos en tazas, y en platicas que con tus eternas prisas cortabas... Aún recuerdo tu mirada, que me sigue estremeciendo, sentir tus ojos dirigidos hacia los mios, y como en ese instante, no necesitaba nada mas para ser feliz...

Aún recuerdo las mañanas soleadas, las tardes nubladas, tus ojeras por cansada, las mentiras disfrazadas; pero sobre todo esos dias de lluvia, que mojaron nuestras almas y, que tanto nos acercaban...

Aún recuerdo esas plazas desoladas; ahora ya no veo nada, y te siento más, y más lejana...

¿Que nos está pasando?; ahora ya ni nos miramos, ahora tengo que esperarte siempre, sin saber si de mi te has olvidado.

Ahora lo pienso, y para ser sincero, no se si sabré ser paciente; mientras pasa el tiempo estaré en la mesa de al lado, esperando con tu taza de café (siempre sabré que la tuya va sin azucar)... Y mi vida sigue sin sabor, como antes de conocerte, como a tu ausencia me acostumbraste...



No hay comentarios:

Publicar un comentario